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Incidencia

El Bullying ha sido objeto de estudio desde finales de los años 70 y principios de los 80 en países como Noruega, Suecia y Finlandia. El primer autor que empleó el término Bullying fue el noruego Dan Olweus. Este autor, primer investigador del Bullying,  acuñó la definición más aceptada y generalizada en la comunidad: “Un alumno es agredido o se convierte en víctima, cuando está expuesto de forma repetida y durante un tiempo, a acciones negativas que lleva a cabo otro alumno o varios de ellos”. Hablamos de acción negativa cuando alguien inflinge, de manera intencionada, o intenta infligir mal o malestar a otra persona.

Durante unos años, estas investigaciones se circunscribieron en Escandinavia.

 El primer trabajo sistemático que suele citarse se inició en 1970 y todavía hoy se sigue desarrollando ya que se trata de un estudio longitudinal. Su autor fue Dan Olweus, de la Universidad de Bergen (Olweus, 1973), y se llevó a cabo con una muestra de 900 sujetos. En este estudio la prevalencia de casos de bullying de sitúa en torno al 10% (agresores y víctimas) del total de la población estudiada. Algunos años más tarde otros estudios (Lagerspetz et al., 1982 y Olweus, 1983 y 1985) se llevaron a cabo también en Escandinavia. Este último (Olweus 1985) se realizó debido al impacto mediático del suicidio de dos adolescentes en el plazo de una semana. Por ello, a través del estudio más amplio que se ha realizado hasta el momento (130.000 alumnos noruegos entre 8 y 16 años) se concluyó que en torno al 15% estaba implicado en conductas de este tipo (el 9% como agresores).

 No obstante, a finales de la década de los 80 y de los 90, el maltrato escolar entre los estudiantes atrajo la atención de diferentes países como Japón, Inglaterra, Holanda, Canadá, Estados Unidos y España.

 Japón, es uno de los países impulsores de estudios acerca del Bullying. A partir de 1984 y 1985 se manifiesta públicamente la  preocupación entre padres, profesores y opinión pública a consecuencia de 16 casos de suicidios de escolares en circunstancias sospechosas de victimización. Además de los casos de suicidio, en Japón el Bullying provoca absentismo escolar, problemas psicológicos de somatización y ansiedad generalizada, pero sobre todo manifestada en forma de fobia escolar.

 En Inglaterra (Lowenstein en 1978[1]) realizó un estudio con alumnos de rangos de edades comprendidas entre 5-7, 7-11 y 11-16. Señaló que la identificación de los agresores en esta investigación no siempre fue unánime. Los profesores no siempre estaban de acuerdo en quienes eran los agresores. Los maestros consideraban el acoso de manera diferente en función de niño del que se trataba. Por lo tanto, decidió aplicar criterios estrictos antes de seleccionar los niños para la realización de estudios más detallados.

 En Holanda (Junger, 1990[2]) realiza un estudio con una muestra de 800 personas de edades comprendidas entre los 12 y los 18 años cuyo resultado indica que el 13% es victima de bullying. Unos años más tarde Mooij realiza dos importantes estudios.  El primero de ellos (Mooij, 1992)[3] con escolares de entre 7 y 8 años con los siguientes resultados: En primaria se estudiaron 1.065 niños y los resultados sitúan al 8% como victimas. En secundaria se estudió una población de 1.055 niños y el resultado indicaba al 2% como victima de bullying. En su segundo estudio (Mooij, 1994),[4] los resultados son los siguientes: En una muestra de 1.998 estudiantes de 15-16 años los resultados indicaban que el  7% eran agresores y el 8% eran victimas.

 En Canadá (Ziegler et al., 1991[5]) estudiaron una muestra de 211 alumnos de entre 11 y 15 años y los resultados sitúan al 15% como agresores y al 8% como víctimas. Del mismo modo, (Bentley y Li, 1995[6]) estudió una muestra de 379 alumnos de entre 8 y 12 años y sitúa al 11,6% como agresores y al 21,3% como víctimas.

 En Estados Unidos, (Perry et al., 1988[7]) estudiaron una muestra de 165 alumnos de entre 13 y 15 años cuyos resultados mostraban que el 10% eran víctimas de bullying. Diez años más tarde, Kaufman et al., 1998[8] estudiaron los alumnos de entre 6º y 12º curso y concluyeron que el 8% eran víctimas de bullying. En el año 2001 (Nansel et al., 2001[9]) se estudió una muestra de 15.686  de ente 6º y 10º curso y se sitúo al 13% como agresores y al 10,9% como víctimas.

 Una definición más amplia de Bullying, es la que se da en los Estados Unidos en el año 2001, en una sus leyes llamada “No child left behind act” (NCLBA). Se trata de una ley que debía ayudar a los estudiantes a obtener mayores resultados, en la que se dice que el término acoso escolar se aplica a aquellas conductas relativas a la identidad de un alumno, o a la percepción de esa identidad, concernientes a su raza, color, nacionalidad, sexo, minusvalía, orientación sexual, religión o cualesquiera otras características distintivas que fueren definidas por las autoridades regionales o municipales competentes, siempre que:

a) Se dirijan contra uno o más alumnos.
b) Entorpezcan significativamente las oportunidades educativas o la participación en programas educativos de dichos alumnos.
c) Perjudiquen la disposición de un alumno a participar o aprovechar los programas o actividades educativos del centro escolar al hacerle sentir un temor razonable a sufrir alguna agresión física o psicológica.

 Health Behaviour in School-aged Children (HBSC)[10]o Estudio sobre las conductas saludables de los jóvenes escolarizados es un proyecto dirigido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 2004. Participan más de 40 países occidentales. Cada cuatro años se realiza una recogida de datos con el objetivo principal de obtener una visión global de los estilos de vida de los adolescentes y disponer así de herramientas útiles para el debate sobre la promoción de la salud en esta población. En el año 2004 realizaron un estudio sobre los datos referidos a maltrato en la escuela por parte de los iguales, así como relaciones de dicho fenómeno con otra serie de variables. En el cuestionario se preguntó a chicos y chicas la frecuencia con que sufrieron episodios de maltrato por parte de sus iguales y la frecuencia con que participaron en episodios de maltrato a otros compañeros o compañeras en los últimos dos meses. Los datos sobre  el porcentaje de niños de 15 años que sufren acoso escolar en diferentes países nos muestra los siguientes resultados: Lituania 63%, Belgica (Wallones) 42%, Letonia 42%, Ucrania 41%, Groenlandia 39%, Austria 38%, Portugal 36%, Suiza 35%, Estonia 34%, Francia 32%, Alemania 32%, Inglaterra 32%, Canadá 30%, Estados Unidos 29%, Polonia 26%, Dinamarca 25%, España 24%, Rusia 23%, Israel 23%, Macedonia 23%, Grecia 23%, Holanda 22%, Bélgica (Flamencos) 22%, Noruega 21%, Escocia 20%, Irlanda 20%, Gales 19%, Croacia 17%, Malta 17%, Eslovenia 17%, Italia 17%, Finlandia 16%, Rep. Checa 14%, Hungria 13%, Suecia 12%.

El tanto por ciento de niños que sufren acoso escolar (bullying) en España es del 24%.

 En España, al contrario de otros países de nuestro entorno, la percepción del acoso escolar como problema social no se produce hasta el año 1999. Algunos sucesos de violencia escolar de los que dieron cuenta los medios de comunicación a finales de los años 90 del pasado siglo, pusieron de manifiesto la existencia de un problema de fondo en la convivencia del alumnado en el ámbito escolar al que era necesario prestar una atención inmediata.

En España el primer estudio se realizó en la Comunidad de Madrid a finales de los 80. (Vieira, Fernández y Quevedo, 1989)[11]. Con una muestra  de 1.200 alumnos, de 8, 10 y 12 años de edad, de cinco escuelas públicas y cinco  privadas, concluyó que el número de agresiones disminuía de forma  considerable con la edad.

El Primer informe del Defensor del Pueblo UNICEF[12] se realizó en 1999. Se trata de un estudio realizado con una muestra de 3000 estudiantes de secundaria de 300 centros educativos. Los resultados indican que se producen un mayor número de abusos por agresión verbal y exclusión social, seguidos por agresión física indirecta, conductas de amenaza para intimidar, agresiones físicas directas (pegar), y en mucho menor medida, obligar a otro a hacer cosas que no desea, acoso sexual y amenazas con armas.

La comparación de la información proporcionada por los alumnos en tanto que víctimas y agresores muestra que hay un número superior de participantes en el estudio que declaran ser autores de agresiones verbales, exclusión social, y agresión directa (conducta de pegar), comparado con el número de participantes que dicen sufrir esas agresiones.

 El Centro Reina Sofía realizó en 2005 una investigación[13] a partir de una encuesta de elaboración propia. La encuesta se ha llevado a cabo en su totalidad mediante entrevista telefónica asistida por ordenador (CATI14). Se trata de un cuestionario estructurado que consta de 32 preguntas, divididas en tres secciones: testigo, víctima y agresor. Esto permite realizar un análisis de las percepciones que los tres tipos de protagonistas tienen de este problema. La muestra es de 800 adolescentes de entre 12 y 16 años. Respecto de los espectadores, el estudio concluye que el 75% de los escolares entrevistados ha sido testigo de agresiones en su centro escolar. Respecto de las víctimas, el estudio El 14,5% (116) de los escolares entrevistados declara ser víctima de agresiones en el centro escolar. Respecto de los agresores, el 7,6% (61) de los escolares entrevistados se auto reconocieron agresores de sus compañeros.

 En el año 2005, se realizó el Estudio Cisneros VII sobre “Violencia y Acoso Escolar. El ámbito de aplicación de la encuesta fue la Comunidad de Madrid. La muestra estudiada fue de 4600 alumnos, desde 2º de primaria hasta 2º de Bachiller. Los resultados muestran una incidencia de un 39 % de los alumnos entre 2º de Primaria y 2º de Bachiller que están expuestos a violencia de algún tipo en su entorno escolar. Un 24 % de los alumnos encuestados se encuentran en una situación técnica de Acoso escolar o Acoso Psicológico en la escuela. La tasa de acoso escolar por sexos es de 26,8 % para los niños y de 21,1 % para las niñas. Dentro del Grupo de Niños que son víctimas de Acoso escolar el porcentaje de varones tiende a subir con la edad. Las niñas son más frecuentemente acosadas que los niños tan solo en 3º,4º, 6º de primaria y 1º de la ESO.

 En el año 2007, el Instituto de Innovación Educativa y Desarrollo Directivo[14] (LIEIDDI) presentó a los medios de comunicación el  denominado Informe Cisneros X. Informe: “Acoso y Violencia Escolar en España”. La muestra es de 24990 escolares españoles entre 7 y 17 años. El test utilizado se llama AVE[15] (Acoso y Violencia Escolar). Se trata de un cuestionario de autoinforme de 94 elementos. Se obtienen 22 indicadores: 2 índices globales (Índice global de acosos e Intensidad del acoso), 8 indicadores del acoso y la violencia escolar, 4 factores globales de acoso (Hostigamiento, Intimidación, Exclusión y Agresiones) y 8 escalas clínicas (Ansiedad, Estrés postraumático, Distimia, Somatización, etc.). Este estudio confirma la relevancia de la violencia psicológica como la más frecuente y al mismo tiempo la más lesiva para las víctimas de acoso escolar. Así como el número de víctimas disminuye significativamente a medida que aumenta la edad escolar, el número de acosadores habituales se estabiliza en la educación secundaria, manteniéndose un número significativo de niños que llegan a la edad adulta habiéndose acostumbrado a ejercer habitualmente como acosadores de sus semejantes.

 En general, las investigaciones nacionales e internacionales realizadas sobre el acoso escolar, son investigaciones descriptivas basadas en grandes muestras de sujetos de diversas edades y niveles educativos, aunque no podemos decir que el problema esté explorado exhaustivamente, ya que queda por conocer muchos detalles acerca de cómo, por qué, dónde, entre quienes, con qué consecuencias y/o en qué condiciones o circunstancias se produce el fenómeno. Esta información, sin duda, se irá averiguando en los próximos años, abundando en el conocimiento necesario para hacer frente al problema con pleno éxito.

 En líneas generales se puede concluir que, con independencia de la mayor o menor incidencia del fenómeno en los diferentes países y de sus diferentes expresiones, el maltrato entre iguales es un fenómeno generalizado existente en todos los países estudiados. No resulta fácil hacer comparaciones simples de los datos obtenidos sobre la incidencia (no son homogéneos) por diversas razones; uso de procedimientos diferentes, muestra de estudio diferente, diseño y análisis estadístico,…


[1] Lowenstein, LF. Who is the bully?. Bulletin of the British Psychological Society, 1978. 31: 316-318.
[2] Junger, M. (1990). Intergroup bullying and racial harassment in the Netherlands. Sociology and Social Research, 74, 65-72.
[3] Mooij, T. (1992). Pesten in het onderwijs. Nijmegen: katholieke Universiteir, Intituut voor Toegepaste Sociale wetenschappen. 1992.
[4] Mooij, T. (1994). Leerlinggeweld in het voortgezet onderwifs. Sociale binding van scholieren. Nijmegen: Katholieke Universiteit, Institut voor Toegepaste Sociale wetenschappen, 1994.
[5] Ziegler, S, y Rosenstein-Maner, M. (1991). Bullying at school: Tornto in an international context (report nº 196). Toronto: Tornto Borrad of Education, Research Services.
[6] Bentley, K. M. y Li, A. K. F. (1995). Bully and victim problems in elementary schools and student´s beliefs about aggression.Canadian Journal of School Psychology, 11 (2), 153-165.
[7] Perry, D.G., Kusel, S. J. y Perry, L. C. (1988). Victims of peer aggression. Developmental Psychology, 24, 807-814.
[8] Kaufman, P., Chen, X., Choy, S., Chandler, K., Chapman, C., Rand, M. y Ringel, C. (1998). Indicators of school crime and safety, 1988 (NCES 98-251/NCJ-172215). Washington, D. C. Departaments of Education and Justice.
[9] Nansel, T. R., Overpeck, M., Pilla, R. S. June, W., Simons-Morton, B. y Scheidt, P. (2001). Bullying Behaviors Among U.S. Youth: Prevalence and Association with Psychosocial Adjustament. Journal of the American Medical Association, 285 (16), 2094-2100.
[10] http://www.hbsc.es/castellano/inicio.html
[11] Viera, M., Fernández, I. y Quevedo, G. (1989). Violence, bullying and  counselling in the iberican península. En E. Roland y E. Munthe (eds)  Bullying: a international perspective. London: D. Fulton.
[12] Primer informe del Defensor del Pueblo UNICEF[12], cuyo trabajo de campo se realizó en 1999 y que se publicó en el siguiente año 2000 en la serie Informes, Estudios y Documentos del Defensor del Pueblo. Defensor del Pueblo-UNICEF (2000).
[13] Trabajo publicado en 2005 por el Centro Reina Sofía[13] para el estudio de la violencia denominado Violencia entre compañeros en la escuela. Centro Reina Sofía (2005)
[14] Oñate Cantero, A. Piñuel y Zabala,I. Instituto de Innovación educativa y desarrollo directivo. Informe Cisneros X “Acoso y violencia escolar en España”. 2006.
[15] I. Piñuel y A. Oñate. AVE Acoso y Violencia Escolar. Evaluación de la violencia y el acoso psicológico y físico en el entorno escolar

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